Esta semana es de gran importancia simbólica para nosotros: vamos a entregar el equipo número 500. Hoy mismo están terminando de ensamblarlo para enviarlo a su futuro dueño.
Mucho han evolucionado nuestros dispositivos desde el primer equipo que se fabricó en diciembre de 2015 hasta ahora.
Antes de esta fecha, llevaba cronometrando más de 10 años con distintas tecnologías. Todavía recuerdo la primera carrera que cronometré, usando un portátil y un lector de código de barras conexión ps2, en el año 2004, en Formiche Alto, cerca de Teruel.
Después de eso, muchos son los sistemas que adquirimos y usamos para cronometrar en los sucesivos años hasta que, en 2012, y tras una conversación en la furgoneta volviendo de cronometrar, decidimos crear timingsense y desarrollar un sistema de cronometraje. ¿Las razones? En primer lugar, porque todos los equipos que conocíamos estaban llenos de carencias y de necesidades flagrantes que veíamos cada día. «Esa gente no cronometra cada fin de semana», pensábamos. Nosotros sí. Una media de 45 fines de semana al año y de 900 kms cada fin de semana. En segundo lugar, porque el precio de los chips de entonces, nos hizo ver que estábamos trabajando para nuestro proveedor y no para obtener nosotros un beneficio. Y en último lugar, porque soy ingeniero y, aunque adore la profesión del cronometrador, quería hacer algo con los 5 años que pasé en la universidad. Si hubiese sabido lo difícil que era, seguramente no lo habría hecho, pero feliz es la ignorancia.
En enero de 2013 creamos la empresa como es ahora y empecé a desarrollar el sistema de cronometraje: leer protocolos, aprender sobre inlays, antenas, prototipos con los problemas que esto conlleva: «Esto no funciona». «Esto sigue sin funcionar». «No superamos un 90% de acierto». «Se me ha caído el socket y mi prototipo formado por un lector de Impinj sobre una madera, una fuente de alimentación china y una batería de coche, no permite recuperar las lecturas hasta que acabe la carrera». «¿Quién cojones ha fabricado este cable?». «¡Se ha roto con mirarlo y está a punto de entrar el primero! Lo vuelvo a colocar y que sea lo que Dios quiera».
Y un día, empiezas a entender cómo funcionan las antenas, los cables y otras muchas cosas que no entendías, como por ejemplo, por qué los chips desechables tienen un pequeño loop en la antena y que, sin eso, jamás funcionarán. Los cinco años en la universidad ayudaron.
Aún así, las semanas pasaban y yo no podía dedicarle todo el tiempo necesario al desarrollo y tuve que buscar ayuda: yo sí sabía que no iba a saber desarrollar la parte de la electrónica potencia pero no sabía que no sabría desarrollar el firmware de la CPU. Ya había desarrollado el del lector de Impinj, ¿cómo no iba a poder desarrollar el firmware de la CPU?
Por fin, los primeros TSOne. Dos años después.
Enseguida nos pusimos a desarrollar el TS2. Queríamos que fuese menos «Frankenstein» y desarrollar una gran tarjeta electrónica que albergara todo. Quisimos cambiar los lectores de Impinj por unos Thinmagic, pero no hubo manera. Había veces que el lector cuando lo poníamos muy al límite entraba en un estado en el que no hacía nada y del que no se recuperaba ni reiniciándolo, solo reprogramándolo y esto tardaba más de 2 minutos.
Imagínate en la meta de un gran maratón y el lector Thinmagic reprogramándose. No estoy seguro si esto hubiera ocurrido alguna vez en carrera, ya que los tests a los que lo sometimos eran muy duros, pero habría ido en contra de nuestra forma de ser y pensar.
Tiramos todo el proyecto a la basura y empezamos de cero. Una solución a medio camino entre lo que ya existía y lo que queríamos hacer. Con un retraso de aproximadamente de un año y medio debido a esto, a principios de 2018 y después de haber sufrido muchísimos contratiempos, incluyendo retrasos y problemas incontables en la fabricación de aluminio de la tapa mediante molde de inyección, por fin teníamos el TS2 en el mercado.
Uno podría pensar que es como cualquier otro sistema del mercado. Pero mirando más de cerca, uno se da cuenta de la inversión que hemos hecho en la tapa de aluminio: no tiene ni un tornillo a la vista, soporta la lluvia con la tapa abierta, tiene unas rejillas de ventilación con unos filtros sujetas por imanes, tiene una pantalla táctil con un menú realmente simple, es capaz de cambiar la configuración del punto de control de forma automática o de que en cualquier momento, en cualquier parte del mundo, puedes conocer el estado de todos tus equipos.
Podrías pensar que cosas como la tapa de aluminio, el imán de las rejillas o conocer la temperatura del lector en todo momento son innecesarias y que si nadie lo ha hecho, será por algo. Pero yo pienso que es un declaración de cómo hacemos las cosas en timingsense. Los imanes están por si necesitas quitar la rejilla un día en una emergencia porque está demasiado sucia, y no tienes destornillador. Conocer la temperatura y el resto de información en cualquier parte del mundo hace que cada vez más podamos cronometrar desde casa y enviar a gente con poca o nula experiencia. Desarrollar una tapa con un molde enorme y caro da una idea de lo que cuidamos todo, desde los productos a los procesos, desde el proveedor a, sobre todas las cosas, el cliente.
Esta semana entregamos el equipo 500 y muchas cosas han cambiado desde el primer TSOne hasta hoy. Esta industria se mueve más rápida que nunca: hay más empresas creando todo tipo de productos y servicios y eso te obliga a dos cosas; a estar muy alerta y a especializarte. Competir contra todo y todos es imposible.
Mi nombre es Abraham Serra y soy el CEO de timingsense. En timingsense vamos a seguir desarrollando productos que están cambiando y que cambiarán esta industria para siempre. Y aún así, siempre seremos una empresa de cliente, no de producto. Por eso, aunque hoy es un día especial con la entrega del equipo número 500, esa no es la cifra importante. Ni aun teniendo 500 clientes, esta sería la cifra importante. La métrica más importante para nosotros, es que no tenemos ni un solo cliente que nos haya abandonado para irse con la competencia. Si tienes un negocio, sea cual sea, esa es el número más importante; la retención. Y solo lo conseguirás si de verdad el cliente está en el centro de tu estrategia.